La Revolución Industrial iniciada a mediados del siglo XVIII fue el mayor
conjunto de trasformaciones económicas, tecnológicas y sociales en la
historia de la humanidad desde el neolítico pues, se pasó de una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio, a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.
Sin embargo, el costo social fue muy alto, la desigualdad de esfuerzos y ganancias, encumbró a la nueva clase social empresarial en la cima de la pirámide de la cadena productiva en nombre de la modernidad y el “progreso”, sentando las bases del capitalismo.
La gran masa obrera que entregaba la vida para sostener ese sistema desigual, pronto se organizó y analizando la cruda realidad lanzó su grito de reivindicación en “las calles y en las plazas” poniendo “el pecho” a la dura represión. En respuesta a los poderosos, hicieron catarsis a través de las Artes. Textos fanzines, ensayos, poemas y canciones mantuvieron firme la conciencia del proletariado en su lucha por cambiar las relaciones de poder. Se gestaba una revolución social, cantando.
Canciones del Movimiento Obrero Nacional
En Latinoamérica y específicamente en Bolivia, el poder económico empresarial financió conflictos bélicos y regímenes de facto para conservar sus intereses intactos y mantener sus privilegios de clase. El cotidiano andar del obrero marginado, necesario engranaje del mecanismo establecido inspira al artista que asume su rol de cronista de su tiempo.
El Rosendo (Manuel Monrroy Chazarreta)
Si bien fue compuesta por uno de los grandes cantautores nacionales vigentes aún y conocido como “El Papirri”, esta sencilla pero
conmovedora canción dedicada a los trabajadores de la construcción (albañiles) fue grabada por el grupo “Sobrevigencia”.
Se trata de un huayño con aire de tarqueada (ritmo tradicional del folclore boliviano interpretado en tiempo de siembra o Jallu Pacha cuyo instrumento principal es la tarka del cual surge su nombre) con la pelicular poesía costumbrista de Manuel, gran observador de la cotidianidad
suburbana paceña. Acá un fragmento:
“Ese albañil del frente / Con camiseta atigrada / Está pegando ladrillos / Con el vapor de su alma, Tiene un gorrito morado / Las manos duras de cal / Y un pañuelo agonizando / En su bolsillo de atrás” “Solo sé que es
el Rosendo / De El Alto trae sus latas / Y le pinta las traiciones / Al licenciado maltrata” Los Mineros Volveremos (César Junaro & Luis Rico)
Editado por la Central Obrera Boliviana y con un discurso de presentación en la voz del histórico secretario general de la COB, don Juan Lechín Oquendo, salió a finales de los años 80, el disco denominado “Los mineros volveremos” cuya canción homónima es quizá la más emblemática expresión de la poesía popular reivindicativa boliviana del siglo XX.
Se trata de una cueca nacida en medio de la “Marcha por la vida” que en 1986 efectuaron rumbo a La Paz miles de trabajadores mineros protestando por el despido masivo sufrido un año antes bajo la engañosa figura de “Relocalización” inserta en el Decreto 21060 con el cual Bolivia ingresaba al repudiado neoliberalismo.
Este himno de los trabajadores bolivianos dice así en un fragmento:
“En las calles en las plazas / Encontrarán nuestros pechos / Hemos venido de lejos / A exigir nuestros derechos” “En los ojos, en las manos / Traemos dolor y esperanza y aquí todos nos quedamos / Desparramando la brasa” “Ahora me voy / y en mi pecho nace un grito / Todos juntos compañeros / los mineros volveremos” ¡Gloria a los caídos en la lucha por los derechos de los trabajadores! ¡Que vivan los trabajadores del mundo!
.(Carlos Sivila Zárate/ es cantautor, y gestor cultural potosino).