Marruecos se merece el nombre del León de Atlas lo demostró en Qatar 2022

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EL LEÓN DE ATLAS FUE EN BUSCA DE SU PRESA, PERO TERMINÓ DOMADO

Marruecos fue en busca de un peldaño más que lo acerque a la mejor campaña nunca antes vista en un equipo africano, pero al frente tenía a Croacia, el equipo dirigido dentro del campo de juego por Luca Modric, y así como sucedió en otros encuentros, este director de orquesta, llevó a su selección a la victoria (2-1) consiguiendo el tercer lugar en Qatar 2022.
Ni bien dio inicio el encuentro el juez qatarí Al Jassim – que terminó muy
cuestionado por su accionar –, ambos cuadros imprimieron un ritmo que en tan solo 10 minutos ya llevaba dos goles en el marcador del estadio Internacional Khalifa. A los 6 nace el primer tanto. La jugada a balón parado
es propia de un manual muy bien elaborado y aprendido a la perfección; el centro de Majer es conectado por la cabeza de Perisic y Gvardiol de “palomita”, hace estéril el intento de Bounou y se decreta el 1 a 0 para Croacia.
Mientras lo balcánicos se “relamían” por la diferencia vino el empate marroquí. En su intento de desviar con la cabeza el balón luego del tiro libre, Majer solo habilita a Dari, quien, con arco a disposición, convierte el empate
en el octavo minuto de juego.
Ahí los equipos se llamaron a la calma porque, así como estaban jugando, los goles serían el condimento perfecto para el penúltimo partido del mundial.
Croacia volvió a la suyo al igual que Marruecos. El primero manejando el balón y el segundo esperando el contragolpe para herir de muerte al rival.
En esa presión alta croata, llegó el segundo a tres de terminar el tiempo reglamentario. Majer, cerca al área recibe el balón que es recuperado por El Khanouss, el defensor en su intento de salir pierde la pelota y Orsic, con “sutil” pegada “cuelga” a un adelantado Bounou que por más que se estiró, no alcanzó la pelota que antes de depositarse en el arco marroquí, rebotó
en el palo para darle mayor suspenso a la jugada. 2 a 0 favorable a Croacia.
Con esa diferencia, se fueron al descanso.
Para la segunda etapa Regragui introdujo variantes en el onceno africano.
Chair y Ounahi – el que maneja el mediocampo marroquí – buscaron darle otra fisonomía y en su intento por lograrlo, encontraron férrea respuesta en la última línea de Croacia.
En ese ínterin, el árbitro Al Jassim tomó un protagonismo que no le correspondía, con el brasilero Rafael Klaus – encargado del VAR – dejaron pasar dos jugadas claras de penal, que bien pudo cambiar el destino del cotejo.
No lo hicieron el partido continúo como si nada, pese a que los marroquíes, querían “devorarse” vivo al qatarí por los yerros cometidos.
Sin desmayar, Marruecos encontró el espacio en dos oportunidades. En-Nesyri,  solo frente al arco remató y Livankovic, extremó esfuerzos poniendo el cuerpo como escudo evitando la caída de su valla. No por nada, el
portero croata fue uno de los mejores del mundial.
Luego, el mismo atacante, aquel que logró saltar dos  metros para convertir el gol frente a Portugal que le dio la clasificación a semifinales, desvió su cabezazo por encima del arco rival.
No hubo tiempo para más. Croacia venció a un Marruecos, que, de lejos, dejó profunda huella en Qatar 2022. Muy difícil de borrar.

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